Traumatismos dentales en verano: ¿qué hacer?
Ya llegó el calor y con él las vacaciones, los juegos en las piscinas, la práctica de algún deporte, el uso de las bicicletas y monopatines, el buen tiempo y el disfrute de los ratos libres. Aunque es la época de mayor disfrute de esas actividades, la época estival es también propicia para traumatismos dentales por caídas.
Como centro especializado en el cuidado integral de la salud bucal queremos recordar los cuidados de la boca tanto en adultos como en niños y jóvenes, pero sobre todo en este último grupo que son los que disponen actualmente de un mayor tiempo de ocio.
Ante un golpe en la boca, lo primero es acudir a que un dentista valore la gravedad del caso y sobre todo, si hay daño en la raíz del diente, se haya roto o no. El no seguimiento de este golpe puede tener consecuencias catastróficas para la raíz del diente, llegando incluso a la pérdida del diente traumatizado.
Si la pieza se ha roto sólo por la corona sin dañar el nervio, se podrá reconstruir con un empaste, si la fractura lo ha dañado, necesitará una endodoncia y si lo fracturado o desplazado del sitio es la raíz del diente, éste necesitará ser recolocado en su lugar e inmovilizado junto a los dientes vecinos durante algunas semanas con controles de evolución posteriores.
La peor edad para recibir el golpe es entre los 6 y los 12 años pues las raíces de los dientes anteriores están en periodo de formación y un traumatismo puede detener el crecimiento de las mismas, lo que puede traer también complicaciones graves en el pronóstico futuro de dicho diente.
Qué hacer cuando se recibe un impacto fuerte debajo de la nariz y un diente o más de uno se salen?
Esto siempre produce un estado de shock ante el hecho de no saber qué hacer por lo tanto lo primero es guardar la calma (esto es lo más difícil porque estamos ante una extracción no prevista y con sangre en la boca). A continuación buscar el diente que ha saltado, recogerlo del suelo por la corona, no tocando nunca la raíz, lavarlo bajo un grifo de agua corriente durante unos dos minutos, jamás raspar la raíz ni aplicarle ningún antiséptico y acto seguido recolocarlo en la boca mirando el sentido de los dientes vecinos para no equivocarnos. Parece complicado pero no lo es, el hueco donde estaba el diente ayuda, pues al empujarlo hacia dentro es capaz de succionarlo ante nuestra presión suave y constante.
Aunque también pude suceder que nadie se atreva a colocar el diente, en este caso una vez recogido el diente y lavado con agua, se debe introducir en un vaso que tenga en su interior leche entera (no vale descremada ni semidescremada) bien fría y acercarse de inmediato al dentista, que lo colocará en su lugar. Este diente necesitará ser unido a los vecinos y posteriormente recibir tratamiento de endodoncia. El tiempo máximo para conseguir que se salven es de 60 minutos. Si se sobrepasa este tiempo, también se recolocarán en su lugar pero el pronóstico de conservación ya será más dudoso.