¿Cuál es la función de las gomitas elásticas en la ortodoncia?
El nombre técnico de las gomitas de ortodoncia es “elásticos de ortodoncia”. No están presentes en todos los tipos de brackets, pero sí en muchos de ellos. Su función básica es la de corregir la mordida.
Existen dos tipos de gomas usadas en ortodoncia:
- Ligaduras de ortodoncia. Son elásticos de poca longitud y grosor que se colocan alrededor del bracket para unirlo al arco. Estas gomas se utilizan durante todo el tratamiento de ortodoncia, las coloca el ortodoncista y es él el encargado de retirárnosla y ponernos unas nuevas. Podemos encontrarlas transparentes, las más discretas, o de colores vibrantes muy utilizadas en niños para hacer de la ortodoncia algo divertido.
- Bandas de goma intermaxilares. Tienen mayor longitud y grosor que las anteriores. Su función es corregir problemas con la mordida, engranando y posicionando correctamente los maxilares superior e inferior. Este tipo de gomas se usa sólo durante unos meses, normalmente al final del tratamiento y hay que cambiarlas todos los días para que mantengan su efectividad. Deben llevarse durante todo el día, a menos que el ortodoncista dé otras indicaciones y retirarse en las comidas y durante la higiene bucodental.
Las bandas de goma intermaxilares corrigen problemas de mordida como, por ejemplo, mordida abierta, mordida cruzada o un maxilar superior con una posición más adelantada de lo recomendable. De esta manera, se evitan problemas de fricción de dientes, mordida alterada y demás problemas derivados de una mala oclusión dental (dolores de cabeza, cervicales, etcétera).
Prácticamente todos los pacientes que llevan ortodoncia (ya sean brackets metálicos, estéticos, etc) precisarán de la colocación de elásticos para acabar de asentar la mordida y tener una buena oclusión. El objetivo de tener una buena oclusión es que se repartan las fuerzas a la hora de masticar en distintos dientes y que no se sobrecargue un diente en particular ya que, a nivel tanto del hueso como de la encía, éste podría quedar más resentido.
Además, si no se consigue una buena oclusión, es posible que el paciente pueda presentar desde desgastes en el esmalte (por la fricción entre los dientes superiores y los inferiores) hasta dolores articulares y/o musculares (dolores de cabeza y mandíbula).
Siguiendo las pautas indicadas por el odontólogo, se colabora con la efectividad de su acción y se reduce el tiempo necesario para conseguir una oclusión perfecta.